Si la mutualista Cams logra demostrar en el Ministerio de Salud Pública que su plan de reestructura está basado en una necesaria viabilidad económica para evitar males mayores, podría lograr el aval de la autoridad sanitaria aún cuando los usuarios de Cardona y Dolores experimenten cambios que difieren del actual funcionamiento.
En ello estuvieron de acuerdo también los usuarios de Mercedes, que compartieron con los funcionarios una realidad obvia: si a la capacidad locativa del Sanatorio central se le agregan servicios que actualmente se cumplen en las otras dos ciudades, el funcionamiento podría verse complicado.
Cams parece tener una alternativa para cada instancia, la que inevitablemente pasa por el traslado de funcionarios y médicos, aunque pone en la balanza de los beneficios la posibilidad de potenciar los sectores quirúrgico y de maternidad, dejando a un costado la distancia y los traslados, como un elemento de segunda importancia.
El razonamiento es similar a lo que están pensando otras mutualistas que comparan las distancias con lo que ocurre en Montevideo, donde a la hora de un parto o de una operación, el usuario de Carrasco debe recorrer los mismos kilómetros para llegar al centro que lo que ocurriría en ciudades medianas y pequeñas.
Todo lo anterior es profundamente rechazado por los usuarios y también por los trabajadores, que ven en los cambios una complicación a sus vidas y costumbres provocando así el meollo del asunto.
En un juego de ventajas y desventajas, no ha habido un diálogo directo entre las autoridades de la mutualista y los sectores a los que va dirigido el servicio (usuarios y funcionarios), lo que crea el nerviosismo natural y acaso justificado.